Cantábamos las canciones de “Hair” para molestar a los profesores del colegio, a nuestros familiares más mayores y a las gentes de orden. Brincábamos por los parques como los actores, gritábamos que vivíamos en la era de Acuario y que solo la paz y el amor eran dueños de la tierra…
Teníamos menos de veinte años y creíamos que la provocación a los mayores con nuestras melenas, nuestra protesta por su sociedad conformista y disciplinada era el mejor modo, el único, de cambiarles el paso.
Pedíamos que dejaran brillar el sol frente a la guerra, la envidia, el poder del dinero y la miseria de sus caras grises…
Lo que no podíamos imaginar es que treinta años después fueran los socialistas los que se escandalizaran de la misma obra de teatro. Resulta que en una escena… ¡fuman! Es increíble lo que la estupidez puede llegar a hacer en la vida pública.
“Hair” escandaliza aún en el Siglo XXI. ¡Qué gracioso! Como los antiguos curas de sotana, que nos perseguían cuando entonábamos “masturbation can be funny”, ahora estos nuevos inquisidores se lanzan a multar, amenazar y censurar porque unos actores ¡fuman!
Life is around you and in you // Let the sunshine in!
Y que se joda la ministra.
