lunes, 29 de agosto de 2011

Desde Montánchez, Un jamón a la altura de Montánchez



02/12/2003 Se avecina un encuentro de mucha altura. Montánchez celebrará del 5 al 7 de diciembre las I Jornadas Gastronómicas Comarcales del Cerdo Ibérico para potenciar uno de sus recursos estrella, el jamón, y la calidad de todos los derivados del ibérico. Profesionales de distintos ámbitos --veterinarios, economistas, catedráticos...-- ofrecerán charlas sobre los productos cárnicos, promoción y comercio, gastronomía e historia, y una matanza típica con degustación. Paralelamente se celebrará una feria con los productos del cerdo ibérico, quesos, vinos, dulces y artesanía.


El alcalde, Juan Alcázar, acompañado de Gustavo Pérez, consejero de la empresa Monsalud, presentó ayer las jornadas en la diputación y hasta ofreció los jamones de Montánchez para la boda del Príncipe. También anunció los "grandes proyectos" del municipio: sala de despieces especializada en ibérico, escuela taller y matadero homologado a nivel mundial, único en España.

sábado, 27 de agosto de 2011

Desde Montánchez, IZQUIERDA, SIN OBJETIVOS

El show que ha montado la izquierda a propósito de la visita del Papa y la radicalidad de su desprecio me convence de que algunos se han quedado sin mensaje desde la caída del muro de Berlín. Y son ya muchos años.

Es preocupante.

La Democracia consiste en conformar un sistema de equilibrios en el que nadie tiene la razón absoluta. Son los matices, las propuestas imprevistas, la creatividad de los pensadores, lo que va moldeando una sociedad libre, que unas veces acierta y otras se equivoca. Pero si el debate de ideas está amputado porque una de las partes no aporta nada, o nada más que algaradas, lo que sufre es la Democracia en sí misma.

Los bandazos del gobierno socialista —absurdos ejercicios de maquillaje para tener contentos a los suyos cinco minutos más que al resto—; la invasión violenta de las calles por parte de colectivos ultras que no tienen nada que proponer en el Siglo XXI —salvo que pretenden ser consultados aunque ellos no piden refrendo de sus ideas en las urnas—; la blasfemia pura y dura contra los católicos; el escarbar tumbas viejas para resucitar nuevos odios… Muy poco de lo que propone la izquierda siquiera merece debate. Generalmente, su contribución es absurda, cansina, miope, muy alejada de un debate intelectual serio.

¿Qué educación quiere la izquierda? Cualquiera, siempre que sea gratis y de espaldas a las monjas; ¿qué Sanidad? Cualquiera, siempre que sea gratis y se pueda abortar; ¿qué economía? Cualquiera, siempre que manden los sindicatos y ellos decidan quién puede enriquecerse; ¿qué medioambiente? Cualquiera, siempre sean ellos quienes decidan que unas veces se pueden construir centrales nucleares y, otras, no.

Las diputaciones provinciales sobran cuando la izquierda no las gobierna; las urnas “no nos representan” si los electores no dan el poder a la izquierda; los empresarios son corruptos siempre que no apoyen a la izquierda, y nadie puede desarrollar sus proyectos si no es para el buen nombre de la izquierda.

Así es imposible convencer a la sociedad del Siglo XXI —la informada, la culta, la seria, la rigurosa, la cabal— de que la izquierda tiene algo que aportar al debate vital en el que nos encontramos. Pues Occidente no sufre una crisis económica, sino una crisis vital: de tanto creer que las minorías tenían soluciones, desde la mayoría social de la normalidad y el buen juicio parece que nos hemos quedado sin nada que decir.

Occidente no necesita medidas económicas para salir de la crisis; precisamos políticos que reflexionen sobre el sentido de nuestro objetivo vital como ciudadanos. El asunto es mucho más profundo que lo que puedan aportar las casas de apuestas revestidas de financieros. No es la Economía, sino la Filosofía la que dará salida a esta crisis.

Pero si la izquierda no tiene ideas serias que contribuyan al pensamiento, ¿de qué y con quién vamos a debatir?

lunes, 15 de agosto de 2011

Desde Montánchez, NOVIEMBRE, VEINTE

Rajoy halla en el Congreso la caja de resonancia que se le escapa fuera de la sede parlamentaria. La vida, don Mariano, es un universo más amplio que la sede española de la soberanía popular. El pueblo delega allí su poder. Sin embargo, la fuerza de la gente se manifiesta en sus escenarios cotidianos: el lugar de trabajo, la cola del paro, la charla de bar, el encuentro con los vecinos del barrio, el sofocón en los campos de fútbol. Y así. Rajoy olvida esta circunstancia. Y si la tiene en cuenta, poco hace por construir una estrategia más efectiva de aproximación a los ciudadanos.
Zapatero sabe perdidas las elecciones novembrinas. En la misma medida que Rubalcaba trata de rebajar la dimensión de la cantada derrota. Tanto mal a tanta gente pasa lógica factura. El coche de la pandilla de Ferraz se desliza sin control por esta pendiente abrupta. Mientras el vehículo del adversario va del encontronazo al porrazo y del golpe a la culada, el presidente del Partido Popular se limita a observar. No discutiré la bondad política de esa posición. Lo que sí reprocho es la actitud poco elegante de la misma. Ver los toros desde la barrera es carácter del aficionado, mas no calidad del matador. El albero es el destino natural del lidiador.
En medio del oleaje que levanta la crisis económica y moral que padecemos, a sabiendas de que el capitán Zapatero ha sido relegado del mando, cuando el pasaje se aferra a los salvavidas, el señor Rajoy, a verlas venir. No puede ser, hombre. Hay que levantar la voz. Hay que advertir el peligro. Hay que hablar con la gente. Con tripulantes y tripulados. Con financieros y financiados. Con empresarios y empleados. Hay que animar el cotarro. En los camarotes, en los salones, en la cantina o en la cubierta. A cielo despejado o bajo una gran tormenta. Por doquier.

El filo de una navaja es la frontera que separa al prudente del cobarde. El miedo al fracaso acrece a medida que se tienta el éxito. Sin embargo, cuando este triunfo inminente obedece más al demérito ajeno que al valor propio, entonces, Mariano, se incurre en la cobardía. Se deja de ser prudente para volverse cobarde. Sin paliativos. Navegante, considérese avisado.

La crisis económica está haciendo estragos. El sistema de pensiones puede caer hecho trizas. Las hormigas prevén calamidades si no se taponan los huecos. España ha de reformar efectivamente y no sobre el papel. La inseguridad del (des)Gobierno se extiende a la Oposición. Tres meses de angustia esperan a los españoles antes de decidir un cambio de rumbo. Si los mensajes no son diáfanos, la niebla oscurecerá la visión. Ya se sabe el alcance de los de Ferraz. Lo que todavía desconocemos es el horizonte de los dirigentes de Génova.
O se aclaran o se votará contra Zapatero. El PP perderá legitimidad si su victoria en las elecciones descansa en el demérito de sus adversarios. El éxito pasa por la evaluación positiva de las ofertas. Rajoy debe dejar los arcanos de la fecha electoral y manejarse en clave de asertividad ciudadana. Los sondeos son simples tendencias de opinión. La gran encuesta se publica el veinte de noviembre. Veinte ene.
Un saludo.
Rajoy:Recibiremos la peor herencia de la historia
El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha declarado hoy en la localidad de O Carballiño, (Orense) que el partido que gobierne "recibirá la peor herencia de la historia de la democracia". Por su parte José Antonio Griñán, también desde Galicia, acusa al PP de proponer "únicamente" el adelanto de elecciones.

viernes, 5 de agosto de 2011

Desde Montánchez, Mariano Rajoy "El Sucesor"

MARIANO RAJOY BREY
Fútbol, chistes y puros
Mariano Rajoy se ha convertido en el centro de todas las miradas. Esto es algo que siempre ha incomodado al incombustible político gallego, que llegó a decir con la socarronería que le caracteriza, que su principal problema como ministro -antes del 'Prestige'- fue su boda con Elvira Fernández Balboa, en 1996, a la que acudió más de un centenar de periodistas.

Nieto de uno de los redactores del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1932, muy pronto sintió la vocación política que corría por sus venas. Licenciado en Derecho con el mejor expediente de la época de la facultad de Santiago de Compostela y Registrador de la Propiedad, lo dejó todo cuando fue tentado por Alianza Popular para formar parte de sus listas, allá por 1981. Desde entonces ha sido un ejemplo de fidelidad y polivalencia, que ha resuelto con nota todos los retos políticos que buen amigo José María Aznar le ha encomendado.

A sus 48 años, Rajoy es todo un veterano de la política, a la que ha dedicado la mitad de su vida y a la que le debe esas canas que siempre le hicieron parecer mayor.Los que le conocen dicen que es un «cachondo», que siempre tiene un chiste a mano, a pesar de su aparente seriedad y que sabe separar la vida política y la privada.

El Caribe fue su destino vacacional durante 13 años consecutivos, pero ahora, para descansar con su mujer y su hijo elige su tierra, concretamente Sanxenxo, lejos de los centros 'oficiales' de veraneo. Sus hobbies le definen también como un hombre sencillo. Prefiere el ciclismo al golf y se confiesa un forofo del fútbol. Hasta tal punto de que es abonado del Real Madrid, hincha del 'Depor', accionista socio del Celta y del Pontevedra y no duda en ajustar su agenda para poder disfrutar de un partido interesante.

En abril de 2001 recibió la medalla de oro del ciclismo, «por su incesante apoyo en todas las categorías». Para promocionar el deporte de la bicicleta no dudó compartir micrófono con José María García como comentarista deportivo ocasional en la Vuelta a España o salir en televisión apoyando el Plan ADO.

Sus fetiches deportivos le han acompañado en los cinco ministerios por los que ha pasado. En su despacho no han faltado un balón de fútbol regalo de sus amigos y un maillot amarillo firmado por los mejores ciclistas españoles. Su afición por el deporte contrasta sin embargo con su pasión por el tabaco. Fumador de puros empedernido (hasta doce diarios), tiene una caja para conservarlos a temperatura óptima y, resignado, afirma que respeta las normas y sólo fuma donde le dejan.

Entre los placeres confesos de Mariano Rajoy figuran también las cartas. El aspirante 'popular' a La Moncloa se ha escapado en ocasiones a un pueblecito de La Mancha de cuyo nombre no quiere acordarse para jugar una partida de 'tute cabrón' acompañada de unas migas con huevos fritos.

La sencillez y su sentido del humor han sido dos de los rasgos que le han granjeado las simpatías de sus oponentes políticos, que no le ven como el peor adversario, incluido José Luis Rodríguez Zapatero, quien apostó por él como sucesor. Pero sus detractores dicen que es un «zorro político», que nunca contesta lo que le preguntan, aunque reconocen que en los momentos difíciles ha dado la cara.

Mariano Rajoy siempre ha ejercido de gallego, pero ha tratado de evitar que Galicia se convirtiera en su techo político y está a punto de salirse con la suya.