miércoles, 21 de noviembre de 2012

Desde Montánchez, TRES VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA


En el 37 aniversario de la muerte de Franco


Lo decía José Sacristán en el monólogo final de ‘Solos en la madrugada’, aquella película de Garci: “No podemos pasarnos otros 40 años hablando de los 40 años”.

La figura decisiva de nuestro siglo


Francisco Franco ha sido la personalidad política más decisiva del siglo XX en España. Sin duda es posible formular juicios positivos y, alternativamente, negativos sobre la persona y sobre su obra, pero parece indiscutible que el siglo XX, en la Historia de España, es el siglo de Franco, y que así debería ser recordado.


El arma secreta del franquismo


A comienzos de 1957 el Estado se encontraba al borde de la bancarrota y con serios problemas en la calle. Franco, que no sabía nada de economía, se había fiado siempre de lo que le decían sus ministros falangistas, presuntos expertos en cuestiones económicas




1º.- Aniversario del Gobierno de Rajoy


1º.- Aniversario del Gobierno de Rajoy visto desde Montánchez, y analizando la situación de España.

Las elecciones de 2011 fueron reveladoras. Los candidatos de derechas y de izquierdas se mostraron como unos mentirosos de tomo y lomo o unos estafadores de la política o unos insensatos ebrios de poder o unos canallas que a todo se apuntan con tal de alcanzar la gloria.


No se debe a la fecha mágica del "veinteene" que los demócratas de toda la vida vendan la burra coja, enferma y vieja como si de una yegua joven y briosa se tratara. La muerte de Franco fue una coincidencia, sí. Pero qué casualidad. El dictador nos tocó las libertades y los peperos y psoecialistas nos golpearon las dignidades. El primero, a la fuerza. Los segundos, a la chita mitineando. Incapaz el derrotado y embustero el vencedor. Uno y otro se han hecho merecedores a la repulsa general.

Es cierto que Rajoy no es, ni de lejos, el anverso o el reverso de la falsa moneda de Zapatero. Pero no es menos cierto que embustero el leonés, embustero el gallego. Las promesas de que el cambio conllevaría la solución, lenta pero segura, a los problemas sociales y económicos de España, se escurrieron por el sumidero de la cloaca política. Con lo fácil que hubiera sido que el Partido Popular dijera la verdad. Que miren, ciudadanos, votantes, que miren, que vamos a tratar de hacer las cosas con honestidad pero que la Física no ha descubierto aún los drones que superen la velocidad de la luz, ni las Matemáticas han dejado de ser ciencias exactas, ni la Economía nos puede convencer de que el déficit se compensa con mayores cantidades de deuda. Y como las cosas son así y no de manera distinta, que o arrimamos el hombro, que admitimos los recortes, que aumentamos las horas de trabajo, que subimos las edades de jubilación, que exterminamos la pandemia de la corrupción institucional, o nos vamos todos a hacer puñetas. Fácil y honrado. Lo contrario, indecente.

Qué fácil lo pudo tener Rajoy. En vez de declarar las maldades de Zapatero y cantar las beldades de su futuro Gobierno, debiera haberse arropado con el manto de la humildad y advertir a la ciudadanía de que la única política posible y, probable, es la de la austeridad y todo lo que comporta. Que, desde esta premisa, trabajaría para salir del fango heredado. Sin embargo, no lo hizo. Se apuntó a la demagogia. El déficit galopaba sobre las praderas de la prima de riesgo y de la bolsa y no había fuerza humana capaz de detener esa carrera desbocada. Salvo los malditos recortes. Si eso ya se sabía. A qué continuar. Por qué recurrir a la ignominia del engaño.

Un año después, las cosas no están peor. Sin embargo, las protestas prosiguen su escalada. Se atenúa el riesgo de la quiebra del Estado económico pero se agudiza la descomposición del estado social. Son los efectos de los planteamientos erróneos, de la propaganda estúpida y de los valores perdidos. Un año después. Sigo creyendo lo mismo: que esto lo arregla el PP o nadie. El Psoe está al acecho, como el buitre que quiere devorar los restos de la matanza que ellos mismos provocaron. Acaso no sea tarde para pedir perdón. Rajoy debiera hacer una declaración oficial como presidente del Gobierno. Me equivoqué, deberá reconocer. Debí armarme de realidad y me vestí de fantasía, tendrá que admitir. A partir de ahora, no me dejaré llevar por la ambición. Si los paganos de la crisis somos los ciudadanos, también la clase política contribuirá al abono de los daños. Y los bancos no serán los privilegiados que sorteen la dificultad. Todos sin excepción pagaremos nuestras culpas.

A partir de esta idea, en su año II, Rajoy encontrará la paz que se precisa para gobernar en justicia, equidad y sabiduría. A partir. Si esto tiene solución, sólo el PP, repito, sólo el PP, la puede hallar. Y lo que es más difícil, llevarla a cabo a pesar de las presiones de la calle, de los bancos, de las oligarquías y de las multinacionales.

Un saludo.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Desde Montánchez, EL BOTELLAZO

La sensibilidad pone el toque de distinción a nuestras acciones. Que no la sensiblería, ese sentimentalismo trivial cuando no fingido. Echo la vista atrás y mi memoria me pone por delante de las narices la catástrofe de Los Ángeles de San Rafael.


En medio, la figura política de un Adolfo Suárez que no atisbaba, ni por asomo, que un  día no demasiado lejano iba a ser presidente electo de una España democrática. Allí estaba el franquista Suárez, entre los cascotes, colaborando, aunque sólo fuera por la foto, en las obras de desescombro. De responsable, su sensibilidad humana le hizo héroe. Ya digo, es cuestión de talento espiritual.


El caso Madrid Arenas mueve mi comentario de hoy. La muerte de cuatro personas jóvenes en un centro público, por más que la empresa organizadora fuera privada, pone los pelos de punta a cualquier persona con sentido y con sensatez. Cuatro que podrían haber sido cuarenta o cuatrocientas. La fiestorra de la capital es competencia del Ayuntamiento que todavía preside Ana Botella. Y si es competente para conceder licencia, es responsable de cómo se gestione la misma. No valen excusas ni argumentos de defensa de letrado de narcotraficantes o de violadores. Nadie pide la cárcel para los gobernantes locales. Lo que se reclama es coherencia, respeto y lealtad.

La señora Botella ha debido abrir una investigación a fondo antes de exponerse a los medios quitándose las pulgas y lanzando el inevitable latiguillo del “yo no he sido y yo soy muy buena”. No lo ha hecho y su omisión es recriminable. Con serlo, más lamentable resulta la escapada de la alcaldesa durante el puente de “tosantos” a un lujoso complejo hotelero de Portugal. Que sí, que tiene derecho al descanso, que necesita un respiro en un entorno de ansiedad y ajetreos descomunales. Que a nadie se niega este derecho. Mas en su momento. No en el fragor de los hechos que se describen. Si está enferma, que acuda a un hospital. Se comprenderá. Si cansada, a la quietud y silencio de su hogar. Se podrá justificar. A un suntuoso hotel extranjero, a título de reinona, no. No es de recibo.


La regidora madrileña debe dimitir. De forma simultánea, llevarse con ella al exilio a todos los ediles directamente relacionados con la culpa in vigilando del Madrid Arena. Todo cuanto trame para salir del atolladero en el que ella solita se ha metido, será echar más fango al agua que hemos de beber. El temporal no es capeable por mucho que uno se esconda. Si se da la cara, es para que te la rompan o para poner a cada quisque en su sitio. Ya basta de memeces que se ahuecan en lo políticamente correcto. La catástrofe de Madrid se ha de medir en varas de alcance. El recinto presentaba, a priori, graves deficiencias no atribuibles a la empresa privada. Si los concejales peperos ignoraban esos defectos, peor para ellos. Tenían la obligación de conocer hasta el último detalle de cómo se disponía del patrimonio inmobiliario municipal. Fuera los irresponsables que carecen de respuesta a los problemas que ellos mismos generan. A la calle.

Junto a ellos, Ana Botella. Primera de la fila. Por dos razones. La primera, por no destituir de manera fulminante a sus compañeros de gobierno. La segunda, por largarse con viento húmedo al paraíso perdido de un retiro de ensueño mientras en su ciudad miles de personas están sumidas en el terror de lo que pudo pasar y millones de ciudadanos miramos atónitos cómo la alcaldesa ha tirado la sensibilidad política al contenedor de los valores que ya no se llevan. Adolfo Suárez nos regaló esencias de su grandeza. Ana Botella no encuentra el frasco áureo de su sensibilidad. Una desgracia.

Un saludo.

FVAEH

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Desde Montánchez. Sigue y sigue y sigue, la Juerga


Con 167.000  parados, el 33%, y un 38´2% de pobreza, la mayor tasa de España, en Extremadura continúa la juerga del despilfarro, aunque sea meramente testimonial, porque nuestra clase política parece empeñada en no pisar suelo. El grado de indolencia y desvergüenza hace que muchos capitostes permanezcan aferrados a una teta de la que ya no sale ni sangre, aunque ellos, como lechoncillos hambrientos, sigan succionando. Sólo así se entiende que después del teatro de la supresión de los  privilegios articulados para los ex presidentes de la Junta, con la materialización a bombo y platillo de un pleno de la Asamblea, que pomposamente acordó la anulación de cualquier canonjía material o económica, todo permanezca prácticamente igual año y medio después. Por este periódico nos hemos enterado de que el “extodo”, Rodríguez Ibarra, seis años después sigue disfrutando de su boato de príncipe del renacimiento, con sus escoltas, su coche oficial y tres personas a su servicio. Sigue y sigue y sigue.

Cuando este periódico hizo público el despropósito costosísimo de “la Oficina del ex presidente”, Ibarra montó una de sus habituales pataletas, asegurando que no volvería a pisarla. Pareció que se bajaba de la burra y que, por fin, asumía su papel de ciudadano, pero resulta que él se refería exclusivamente al espacio físico de la oficina, porque todo lo demás lo sigue manteniendo, a costa del erario público, pero enmascarado ahora en una fundación privada que, cómo no, lleva su nombre. ¡Qué gracioso, una fundación privada, pero asistida con personal pagado por todos los extremeños, que también sufragan el coche oficial que asiste al titular de la misma! O sea que, en este caso no sólo Ibarra por aceptar lo éticamente inaceptable, sino  PP, PSOE e IU que aprobaron el disparate, vienen a demostrar la incapacidad que tienen todos ellos para  separar lo público de lo privado. ¡Da lo mismo, lo mismo da!

El subterfugio de que aún no se ha efectuado, año y medio después, la liquidación acordada en la Asamblea, no mitiga la desvergüenza de uno y otros, porque por esa razón igual se podía haber llevado Ibarra a los tres empleados para que le asistan en las tareas domésticas de su casa, ya que tan privado es su domicilio como su fundación. También se sabe que la Asamblea vendió a Ibarra los equipos informáticos de la Oficina, costosísimos en su día, a un precio simbólico, algo que hasta puede resultar ilegal porque a nadie más se le dio la oportunidad de pujar por los mismos. Pero lo que entra directamente en el esperpento es la contradictoria postura de IU que hizo de este tema uno de los mandamientos para dejar gobernar al PP, que lo llevó y lo defendió en la Asamblea y que a la hora de la verdad no ha vuelto a preocuparse del tal “mandamiento”. Su representante en la Mesa votó favorablemente la adscripción de las tres personas al servicio de la fundación de Ibarra.


¿Mañana otros tantos para Monago? Todo un despropósito en un momento en el que muchos extremeños ya no encuentran asiento ni en los comedores sociales. ¡Sigue la juerga!



viernes, 2 de noviembre de 2012

Desde Montánchez, todavía quedan personas cuerdas, Miguel Borra.


'Los funcionarios no iremos a la huelga del 14-N con quienes causaron la crisis'

"La huelga general la convocan UGT y CC OO, los sindicatos profesionales no nos hemos sumado", asegura. "Cuando hay un problema grave se dice que no trabajamos".

Economista. Se explica bien y se le entiende mejor. Rechaza sumarse a la huelga general por considerarla política. Y así lo han decidido 31 de los 35 miembros de su comité ejecutivo. ¿Su objetivo? La defensa del servicio público. Parece una quimera, pero es real.-UGT y CC OO le tachan de esquirol y amarillista por no sumarse a la huelga general.

-No nos sumamos porque es una huelga política y no vamos a compartir pancarta con partidos que han llevado a España a la situación actual. Somos un sindicato. No estamos para poner ni quitar gobiernos.

-Probablemente la foto con Grecia y Portugal no es la mejor...
-No nos parece que vaya a tener incidencia en la mejora de las condiciones de los funcionarios y los trabajadores. Es más, nos tememos que puede desbaratar los esfuerzos que hemos hecho, endureciendo las condiciones del rescate.


-Muchos les preguntan en cambio qué necesitan para salir a la calle. 
-En la calle hemos estado, estamos y vamos a estar. Siempre contra los recortes, porque nos parece que no es momento de recortes, sino de gastar mejor y de manera más eficiente, evitando duplicidades. Utilizaremos todas nuestras armas.


-¿El distanciamiento con UGT y CC OO comienza cuando se descuelgan de la exigencia de un referéndum?
-Nosotros habíamos avisado desde el principio de que no creíamos que nuestro cometido fuera forzar un referéndum. Si hubiera que convocar un referéndum cada vez que un político incumple sus compromisos, no haríamos otra cosa.


-Pero da la sensación de que en ese momento ustedes decidieron emprender un camino propio.
-Siempre hemos seguido nuestro camino. En algún momento con compañeros de viaje, pero siempre hemos defendido lo mismo: el servicio y la función pública. Nos da igual lo que nos llamen. Tampoco son los únicos que se han descolgado de la convocatoria de huelga general. No. Hay que reflexionar un poco. La huelga es convocada UGT, CC OO y USO. Y quedamos fuera los sindicatos profesionales: CSIF, Sanidad, Educación.


-Se han escuchado también críticas internas.
-Somos una organización democrática y plural. La decisión de no acudir fue adoptada por 31 de los 35 miembros de la directiva. Cuando se pregunta hay que estar dispuesto a escuchar. Algunas CC AA se manifestaron a favor de acudir a la huelga y están en su perfecto derecho de acudir a título personal.


-Ya están abiertas las mesas de negociación para hablar de desempeño y productividad. ¿No es el cascabel al gato?
-Es que no se quiere poner. Somos incómodos para los políticos. Y cuando hay un problema grave sale que no trabajamos, etc. Queremos que nos evalúen. Necesitamos que nuestros jefes se sienten y establezcan los criterios. Porque ya han pasado cinco años desde que en el 2007 se planteó la cuestión en el Estatuto de la Función Pública.


-¿Aceptarían la expulsión de los no eficientes?
-No. La inamovilidad de los funcionarios se estableció para garantizar nuestra objetividad y evitar las cesantías.


-Ya, pero el blindaje se entiende para el juez o el abogado del Estado, pero no para el bedel.
-La politización llega hasta tal punto que con el cambio de gobierno no sólo cambia el gerente de un hospital sino el jefe de celadores. Ahora, si se quiere hablar del régimen sancionador, estamos dispuestos a hablar.




jueves, 1 de noviembre de 2012

Desde Montánchez. EL PSOE, MÁS DE LO MISMO


Después de Zapatero, el mayor error de los socialistas fue aceptar la nominación de Rubalcaba como candidato, y elegirlo secretario general del partido después. Con aquellas decisiones, inconcebibles en un partido curtido en mil batallas, supuestamente musculado y que pisa suelo, el PSOE se imponía a sí mismo un castigo severo, para conseguir los peores resultados de la reciente etapa. 110 diputados, 100 menos de los que consiguió en su mejor momento con Felipe González. ¿Pretendían que el electorado olvidara a Zapatero poniendo a Rubalcaba? Rubalcaba, con un pasado político tenebroso es, además de más feo que Zapatero, más de lo mismo, porque ¿qué hizo Zapatero que no hiciera Rubalcaba? Dada la agilidad analítica que siempre habían demostrado los socialistas, se esperaba que, pasado el sarampión de aquel intento fallido, recapacitaran de inmediato para subsanar el error, pero, erre que erre, fueron a más y eligieron a Rubalcaba para que dirigiera el partido desde la Secretaría General. También resulta extraño que Rubalcaba, al que se le considera listo, tuviera y tenga una visión tan alejada del rechazo que produce incluso en el electorado de izquierda.

El  benefactor “efecto Rubalcaba” sólo existió en la cabeza de los socialistas, porque en el electorado está catalogado y perfectamente amortizado. Y ya se sabe, “lo que no pué sé, no pué se, y además es imposible”. Días antes de las elecciones del 20-N, un socialista de primera fila me aseguraba que “todo el pescado está vendido, sólo nos queda admitir el error de haber puesto a Rubalcaba y agradecerle los servicios prestados inmediatamente después de las elecciones”. No lo hicieron, cerraron filas en torno a “Zapalcaba” y desde entonces vienen estrellándose en cada cita electoral, pero sin demostrar cintura ni capacidad alguna para entender lo que el electorado les grita desde las urnas. ¿Qué hace el PSOE? Como prueba de regeneración lucen como novedad al lado de Rubalcaba a Felipe González,  para que con su abultada chequera de yupi multisueldo y nuevo rico, hable de los pobres, y  a Alfonso Guerra, para que enristre su repertorio de los mismos chistes rancios de los setenta.

Rubalcaba no puede ocultar su pertenencia al club de la cal viva, al clan de los pelotazos, al cuchicheo vergonzante de las negociaciones con ETA, al cierre en falso del atentado del 11-M y a la falange del Faisán, porque así es como está catalogado en la memoria colectiva, aunque sea un pío varón incapaz de tropelía alguna. Su imagen de viejo caimán, único superviviente activo de etapas que se quieren olvidar, achica aún más las posibilidades de un PSOE que, después de Zapatero, necesitaba una catarsis profunda, capaz de cicatrizar las heridas causadas para reconciliarse con el electorado.  No escarmientan y en lugar de mirar la sombra de la foto fija que proyecta Rubalcaba, ahora, después de los fiascos en Galicia y País Vasco, continúan de perfil, sin pestañear, esperando el chaparrón que les caerá en Cataluña.

Como en política nada se hace al azar y son pocas las cosas que se improvisan, hasta se podía pensar que el PSOE ha decidido inmolarse, como hicieron los ratones siguiendo al flautista de Hamelin. Sarna con gusto no pica.