Llegó a La Moncloa con sonrisita y talante.
Dijeron de él que siempre sería amado y respetado porque iba por la vida de metrosexual.
Aseguraron que con su gracejo personal podría con los problemas de España: la realidad es que seis años después tiene un país por los suelos y él afronta el peor año de su vida política.
Montilla le ha cerrado la puerta a la negociación presupuestaria con CiU, pues al convocar las elecciones en noviembre le ha dejado poco tiempo para llegar a acuerdos con quienes serán los nuevos gobernantes de Cataluña.
Además, dado que entre elección y elección ha de haber un mínimo de dos meses, o Zapatero obligaría a hacer la campaña electoral en Navidades para resolver en febrero o no puede disolver hasta dentro de un año.
Añádase que no puede haber más de tres urnas en cada elección, así que se hace imposible convocar junto a las Municipales y Autonómicas.
Las federaciones del PSOE también le han dicho “basta”, y hoy el PSOE es una batalla campal allí por donde se mire. En el fondo, cada cual está pidiendo el mismo trato de favor que ha dispensado a los socialistas catalanes.
España se derrumba económicamente con unos datos escandalosos que han hecho perder la fe en nuestro país a todo el mundo.
La sociedad está desanimada y rota.
Sin partido , con un gobierno desaparecido y con un país destrozado política, social y anímicamente, Zapatero vuelve a La Moncloa a comenzar su último año en el poder.: el peor año de su vida.
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