De pillos y Sinvergüenzas
El agujero, más bien fosa marina,
del sistema financiero español es de tal envergadura que ni siquiera
se ha podido llegar a su fondo y muchos consideran que en la UE no hay botellas
de oxígeno ni para aproximarse a semejante profundidad. Si Botín lo estimó en
40.000 millones, el PP europeo lo eleva a un indeterminado “entre 80.000 y
100.000 millones”, pero no faltan analistas que lo sitúan en 60.000 millones y
otros llegan a los 110.000 millones. Algunos medios extranjeros consideran que
los 240.000 millones del fondo europeo son insuficientes para sanear los
descosidos de nuestros bancos y cajas. Lo que se sabe de cierto es que no se
sabe nada, porque, hasta ayer mismo, bancos y cajas que declararon beneficios
tienen unos agujeros que necesitan muchos sacos de millones para poder
taponarlos.
Pero lo más chungo es que además de no saber,
tampoco quieren que se sepa, porque en el Congreso de los Diputados han vetado
las comparecencias de Fernández Ordóñez y Rodrigo Rato porque… ¿Es que no
tienen nada que decir o es que no interesa que digan nada de lo que tienen que
decir? Mejor el silencio y la opacidad a que se sepa quienes son los
“vitocorleones” que con una mano acariciaban la gata y con la otra
nos vaciaban el bolsillo. Se niega la comparecencia a los que deben
saberlo todo, pero pretenden entretener al personal con comparecientes secundarios,
teloneros, que apenas tienen algo que decir y que a nadie le interesa un comino
lo que digan. Eso sí, mientras se vota una cosa, que es lo realmente efectivo,
se defiende la contraria, porque Mariano Rajoy dice ser partidario de que se
investigue todo lo sucedido… pero no ahora. Como diría José Mota: “Mejor, si
eso, mañaaaaana”.
A los niños hay que protegerlos y por eso no
quieren que sepamos nada sobre el misterio de una entidad, -¿bankiababá?-que
tuvo la desfachatez de declarar un beneficio de casi 500 millones de euros,
donde había pérdidas superiores a los 3000 millones, que sumadas a otras
perdidas y a otras y a otras, alcanzan los 23.000 millones que ahora debemos
pagar a escote entre todos, mientras que los que falsearon las
cuentas o hicieron desaparecer el dinero pueden descojonarse de risa con los 14
millones que, por sus servicios, le pagaremos de indemnización. No
dejo de preguntarme qué pensarán algunos de mis ex alumnos, que cumplen condena
de ocho años de cárcel por llevarse 3000 euros en el atraco a una entidad
bancaria. Claro, que para cara la que deben tener los desahuciados por Bankia,
que ahora, además, deben poner unos euros para reflotar la entidad que los
arruinó y los dejó en la calle.
Y mientras tanto Montoro (¡qué decepción la de
este hombre!), de espaldas a De Guindos y con los brazos en cruz, como el
Cristo de Corcovado, anunciando la llegada a España de “los hombres de negro”
para verificar la salud de nuestro sistema. ¿40.000 o 110.000
millones? ¡Pero si en Extremadura no sabemos si en Educación son 450 o 1000 los
interinos que se van a despedir!
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