Parece increíble, pero después de 7 años buscando igualdades al ras del vientre pero no del cerebro, chamanes para solucionar los problemas de España y políticas de enfrentamientos inventados, han llegado unos a La Moncloa y se han puesto a proponer cosas sensatas. Me siento descolocado. De repente, el Gobierno gobierna y no se dedica al reality show de buscar culpables en vez de soluciones.
Ahora, cada vez que un alto cargo comparece ante los medios de Comunicación siento la tentación irresistible de escucharle y de evaluar si me gusta o no lo que propone. He abandonado el desdén con el que leía los titulares de una entrevista y me decía “Ya sé: la culpa es de Bush, de Aznar y de los fachas. Me voy a hacer otra cosa”. Estos de ahora caminan sin buscar muertos en el armario —ni en las cunetas— y lo que quieren cambiar lo cambian sin insultar a los anteriores. Me siento en otro país.
Me parece pronto para adivinar los resultados de las iniciativas. Quizás hasta salga bien lo del Plan Hidrológico —y entonces me dé un golpe contra la pared para saber que vivo en España—, pero lo que oigo me consuela: los políticos tienen cosas serias que resolver y se han puesto a ello antes que hacerse una foto para Vogue.
No sé si tanta altura política me terminará dando vértigo pero, oiga, que es que llevaba yo 7 años riéndome de cada declaración y sorprendiéndome de cada iniciativa absurda.
Han llegado unos que le han puesto sensatez a la vida política.
Ciertamente, Rajoy está más cerca de ser la abadesa de un convento de clausura con voto de silencio que de un político al uso, pero hasta eso empieza no parecerme tan mal. No le echo de menos: me basta con que conozca cada asunto que nos están proponiendo y que haya dicho a su Colegio Ejecutivo “¡dale!”.
Lo de casarse ante notario como cuando firmas la hipoteca me parece que le quita romanticismo a la cosa, pero no lo veo falto de razón; lo de preparar un plan personalizado para terminar con la violencia machista es estupendo, y también lo que pedir un informe médico que explique si es normal tomar la píldora del día después sin receta. Y reivindicar Gibraltar a Gran Bretaña, y paralizar la privatización de Aena… Esta gente ha venido a gobernar… Me tienen atónito.
Ahora, cuando los nacionalistas catalanes de derecha hablan de independencia, o los nacionalistas vascos de izquierda hablan de redactar una Constitución vasca me suena como si estuvieran en Marte. El de La Moncloa se dedica a gobernar y no a idioteces.
Esto es la leche.
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