Cajas sin ahorros. Cajas de
golforros. Una patulea de impresentables al frente de entidades cajistas.
Políticos vainas, sindicalistas de la vertical, gobernantes sin escrúpulos han
hundido unas instituciones sociales fundadas para altos fines. Altos fines de
antaño, canallas sin principio de hogaño. Desde Huelva a La Coruña y de Madrid
a Barcelona, recorren la geografía nacional en busca del golpe de oro en una
vida dedicada a no dar golpe.
Dicen que en Huelva, un empresario de
postín psoecialista y cofrade de relumbrón ha logrado carambolas que ni el
admirado Pepe Gálvez. Circula el rumor de que el sol de caja de Huelva ha
avalado el crédito impagado que el constructor desconsolado adeudaba a otra
mediterránea entidad financiera onubense. Las informaciones soterradas apuntan
a que la psoe-connection se halla en la base del tinglado. Mientras tanto, se
desahucia y a seguir viviendo del cuento propio y del lamento ajeno. Qué bien.
Con todo, si alguien provoca
repugnancia singular a este que les escribe, es el señor Hernández Moltó, el
alto cargo del Psoe que reprochó públicamente a Mariano Rubio, exgobernador del
Banco de España, sus posibles chanchullos al frente de la institución. Míreme a
los ojos, dijo el politicón en sede parlamentaria. Míreme a los ojos. Nunca se
miró, el antinarciso, en el espejo.
La Caja de Ahorros de Castilla la
Mancha es todo un paradigma de cómo no presidir una institución financiera.
Hernández Moltó no responde, ni sabe ni contesta, sobre el agujero patrimonial
de tres mil millones de euros de esa entidad. Tres mil millones. De euros. La
cúpula del partido calla. Y cuidadito con el que se vaya de la lengua.
H.M. tenía tal inventiva y tan
extraordinaria capacidad de encantamiento que, al parecer, creó una filial de
la Caja en Islas Caimán, enclave británico cerca de Jamaica. O sea, ahí al
lado, como un Gibraltar caribeño. El tema de las preferencias agradó al
economista alicantino y, hala, a emitir acciones de esa laya para pagar menos
impuestos a costa de más oscurantismo y de riesgo extremo. Desde allí, se
podían captar fondos y eximirse de tributos.
Moltó está imputado. Moltó imputato.
Según Auto del Juez Ruz que entiende la causa abierta contra este prohombre que
daba consejos y recibía prebendas, el Estado debió rescatar con un moltó de
pasta a la Caja castellano manchega. Según el magistrado, la cuantía del
rescate público evidencia "de forma palmaria la enorme magnitud y
trascendencia de los hechos denunciados para la economía nacional y la
seguridad mercantil".
Golforros y cajorros. Bancorros y
politicorros. Aplíquese el sufijo “orro” a los lexemas golf, caj, banc y
politic. Desde luego, el ahorro es cosa distinta. De los protagonuistas del
mangoneo estamos hasta el gorro. De la pasividad de la fiscalía, hasta el
forro... de los pantalones.
Un saludo.
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