viernes, 9 de septiembre de 2011

Desde Montánchez, HUMILLADOS Y OFENDIDOS SIN SENTIDO

Ale, ya se puede cotillear en Internet el patrimonio de los políticos. Vaya humillación. Es insensato intentar prestigiar la política al mismo tiempo que se denigra a los principales actores. En un país en el que no se obliga a publicar los sueldos de los ejecutivos de empresa ni de los representantes sindicales, se humilla a los políticos escrutando sus propiedades y sus ahorros.

Ser político no es más difícil que otro trabajo, pero tampoco es más fácil. Si seguimos humillando a nuestros representantes con toda clase de actuaciones que ahondan en un trato de desdén cercano al desprecio, no sé quién se va a dedicar a gestionar los bienes públicos. Y es imprescindible que en ese empeño contemos con gente de primera división.

Así pues, en esta España de cinco millones de parados y con una crisis cultural y social sin precedentes, nos dedicamos a humillar a quienes tienen la responsabilidad de guiarnos; o, al menos, de proponer vías de escape. Pero me parece difícil que les podamos exigir excelencia si cada día tienen que defenderse de ataques humillantes. Ya no solo somos libres de insultarles sin medida: además, podemos reírnos de ellos igual si tienen mucho dinero ahorrado que si tienen poco.

¿Y qué ganamos con esto? ¿Es que alguien se cree que así se lucha contra la corrupción? ¿Que así lograremos una clase política más decente? Pues no. Así lo único que conseguimos es que haya mucha gente que cuando se le llama a ocupar puestos en la administración responda “no, gracias; de mí no se ríe nadie”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario