Nada nuevo. Era previsible que durante la
Conferencia de Presidentes, como ocurre siempre, los aficionados a dar la nota
no perderían la ocasión de lucir palmito y hacerse notar con chorraditas
“imaginativas”. El encuentro se presta a eso, no da para más porque es una
convocatoria de contenido vacío (por algo se celebra en el Senado), pero
mediática y muy de pasarela. En ediciones anteriores el presidente de
Cantabria, Miguel Ángel Revilla, era, como Reina, el portero suplente de la
Selección, el que hacía reír al personal, dejando latas de anchoas por
todas partes, y antes hubo otros que llevaron espárragos y arroz, buscando a la
desesperada unos segundos de atención y algún comentario adicional en los
medios. Parece que el relevo lo ha tomado Monago, que para la ocasión llevaba
tres perlas en el bolsillo, posiblemente acuñadas en la consejería de
Ocurrencias que dirige su asesor de imagen.
Los demás presidentes autonómicos estaban a lo
suyo y llevaban carpetones cargados de problemas, a pesar de que se sabe que de
allí se trae lo que se ha llevado, pero la ocasión se presta a estas
escenificaciones y ninguno rehúye la oportunidad de vender sus anchoas
particulares. Monago decidió cambiar carpeta por ejemplar de la Constitución,
evidenciando así que la Conferencia es un sucedáneo político del Club de la
Comedia y que allí cada uno sube a recitar su monólogo. Con su habitual
gracejo, “hablando en extremeño”, dijo “esta es la Constitución sobre la que
hemos jurado los presidentes de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y
yo”. Sacó de la historia a Luis Ramallo, Manuel Bermejo y a su antecesor,
Guillermo Fernández Vara. Buen trabajo. Se nota que somos la única comunidad
con un consejero de Ocurrencias.
Por la mañana habían salido los datos del
Ministerio de Trabajo señalando que en Extremadura teníamos 5.363 parados más,
el tercer peor dato de los últimos diez años, que éramos la tercera comunidad
dónde más empleos se había destruido, que ya hay 141.526 personas apuntadas en
el Sexpe y que la EPA cifra en más de 164.300 parados en Extremadura… Poderosas
razones para que Monago, hubiera guardado bajo siete llaves las ocurrencias,
pero no fue así y decidió mirar al tendido y aprovechar la ocasión para hacer
refulgir su estrellato con una nueva idea de la factoría del nuevo consejero:
En la muñeca derecha lucía una llamativa pulserita verde, que él se encargó de
explicar que era “verde-esperanza”, como recordatorio y homenaje a Esperanza
Aguirre. Mejor hubiera sido el negro, por el paro que está generando, o morado,
que es el color que está consiguiendo de tanto tocar los…, pero no, él estaba
en otra película.
¿Más anchoas? Sí, lo mejor, como el vino en
las bodas de Canaán, lo reservó para el final y durante su discurso habló de
Estado y de unidad, dijo que su escudo empieza por E, de Extremadura, de
Europa y de España (¿se acuerdan de aquello de que “la Tierra es del viento”?)
y acabó metiendo en el mismo saco de los grandes personajes políticos de
nuestra historia reciente, a Suárez, Fraga, Tarradellas, Peces Barba, Carrillo
y… ¡a Ibarra! Y colorín, colorado.
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