jueves, 19 de noviembre de 2009

Desde Montánchez, ATACAR LO INTANGIBLE


Fue una declaración de Ana Botella a Susanna Griso: “El problema de este Gobierno es que está atacando lo intangible, y eso le traerá malas consecuencias”. Esa expresión, “lo intangible”, es un acierto. Y, además, es verdad.

Zapatero creyó que podía llegar a La Moncloa y tocar todos los resortes de la sociedad sin que el mecanismo saltara por los aires.


Le pareció divertido reescribir la historia, modelar los comportamientos sociales y desdeñar las normas morales gracias a las que convivimos.

Al comienzo, era divertido. De repente, España pasó a ser un país en el que todo estaba pendiente de análisis y de nuevas respuestas. Desde nuestro concepto de nación —“discutido y discutible”, según Zapatero—, hasta la moralidad del aborto, de la eutanasia, o la relación de los padres con los hijos —Zapatero llegó a dar a entender que los padres se “inmiscuyen” en la educación de los hijos—, de los profesores y los alumnos… Pasando por la memoria histórica y la supresión del espíritu de la transición política.

La España de Zapatero se vestía con moda modernilla con las ministras posando a las puertas del palacio de La Moncloa; del Ministerio de Defensa se alababa la maternidad de su titular y no sus conocimientos; del Ministerio de Economía su capacidad de gastar a manos llenas, y del resto de los departamentos su habilidad para pasar desapercibidos… Una España en la que lo que ya habíamos vivido pasó a no ser real, sino producto de nuestra imaginación. Un España en la que, por no necesitar, no requería ni Rey.

A la búsqueda de culpables y no al encuentro de soluciones, Zapatero fue desgranando su política por aquí y por allá, entre el aplauso del grupo de la Ceja, cada vez menos numeroso pero muy ruidoso… Hasta que alguien se ha dado cuenta de que, en realidad, Zapatero está perdiendo apoyo social porque ha atacado ya demasiadas cosas intangibles. Eso de lo que no se habla pero que está en los genes y que gusta a todo el mundo, independientemente de su clase social y su adscripción política: la dignidad nacional, la moralidad recta, el premio al esfuerzo, el cumplimiento de la palabra dada…

España va siendo consciente de que la fiesta de Zapatero estaba muy bien para un rato pero que no se puede vivir todo el día en estado de embriaguez. Que mientras hemos sido hipnotizados nos han estado quitando tanto las cosas de comer y como los asuntos de vivir. Y que ya no es cosa de preocuparse solo porque tenemos al frente del gobierno a un incapaz, sino que nos está empequeñeciendo a todos para ponernos a la altura de su escasa competencia.

Lo intangible, eso que no aparece en las encuestas. Pero eso que está presente en nuestra educación y en nuestra vida.


Lo intangible: brillante aportación al debate de Ana Botella.




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